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EL VALLE DE ENOCH

AYER

No fuí una niña que creyera especialmente en las Hadas pero poseía mi propio mundo donde no faltaban seres extraordinarios que me acompañaban en mis momentos de soledad (que por cierto fueron muchos porque no era muy extrovertida que digamos) Recuerdo a mis muñecas medio calvas y descabezadas que luchaban entre ellas con poderosos palillos para adentrarse en el misterioso reino de la maligna Nancy. O la cría de poneys de diversos colores que pastaban sobre la cubierta del barco de Playmovil que poseía mi hermano. O lo ambiguos que podían resultar tus peluches dándoles varias funciones como montura, camastro o monstruosos adversarios...

Bueno os dejos esta preciosa canción que sé que a más de una le recuerdan a alguien (y no me refiero a tí Rosa). Qué la disfrutéis. Feliz reencuentro con vuestra niñez.

3 comentarios

Rosa -

Letiiiii, gracias de nuevo. Sabes una cosa? Viendo al hada de azucar danzar entre las flores, recuerdo esa hada que todos tenemos guardada en algún rincón.
Creo que iré a buscar a la mia. Hace tiempo que no comparto con ella ningún azucarillo, ningún paseo por el bosque, ninguna risa iluminada.
Te quiero un montón guapa!!!!!!!!!

capitán garfio -

Creo...que al pasar por tu blog me he quedado enganchado,en esa tela de araña tan especial,que han forjado las hadas,¡quiero que me solteis,os lo ordeno!....bueno...si en verdad os soy sincero,me encuentro muy a gusto cada vez que paso por aquí...a ver si se me pega algo y dejo de ser ese cascarrabias,con el que me tildaron en Disney,en el fondo,muy en el fondo,debo tener mi corazoncito.¡Por las barbas de Neptuno!

Sacra -

Una cosa es creer en las hadas y otras, serlo.
Mírate en los bolsillos, algún agujerillo debes tener pues se te va cayendo el polvo mágico por allá donde pisas.
Besos brillantes.